
Domingo 9 de diciembre, pareciera un día normal, pero al levantarme de mi cama y ver por la ventana, uno se da cuenta que no lo es. Manchester esta dividida en dos colores, celeste y rojo.
A las 11:00 de la mañana salgo con mis 2 amigos a un bar para empezar a sentir el ambiente de derby. Llegamos, y como era de esperarse, mucha gente. Unos del United y otros del City. Previas y mas previas se ven en las televisiones mientras tomamos una cerveza. Luego de una hora en el bar, llega el momento, nos vamos al Etihad.
Ingresamos al templo de los milagros, ese estadio que vio como se ganaba una liga al minuto 93.
El partido como siempre, de maravilla, con un ambientazo. Sobre el juego no os hablo, que para eso seguramente hay crónicas o noticias en la web.
Al salir, y sobre todo luego de una derrota, no tienes ganas de nada. Manchester nuevamente se divide en 2, la alegría y la tristeza. Los del United llenan los bares y restaurantes para celebrar, nosotros, los del City, a casa o algunos a beber para olvidar.
El día mas duro luego de perder un derby, aquí en Manchester, no es hoy, es mañana, en el trabajo, donde todos te molestan. Pero no pasa nada, hoy mas que nunca, proud to be a citizen.
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