El sorteo se dio y no pudo arrojar un partido más caliente que el Barcelona-Manchester City. Bajo cualquier otra circunstancia, éste hubiera sido un juego de un sólo lado hace no menos de dos años; sin embargo, el cambio radical del equipo celeste deja atrás la imagen de David contra Goliath y le quita protagonismo al Munich-Arsenal cómo el juego estelar en ésta ronda de Champions.
No hay más. Cantera contra cartera. Cada quien ju¿gará de su lado un partido al mero estilo de sus respectivos clásicos. El Barca tendrá que encarar a un City que con el paso de los años se asemeja al Real Madrid: mucho billete, mucha derroche, y una gran cantidad de nombres importantes que fueron adquiridos ya después de haber sido consolidados en sus anteriores clubes.
Claro está que no puede haber comparación alguna de Cristiano con Agüero, o de Gareth Bale con Jesús Navas, pero la esencia de las escuadras es la misma.
De la misma manera, los Citizens jugarán contra una versión mejorada de su acérrimo rival, el Manchester United. Red Devils y Barcelona, escuadras institucionales, escuadras que crean jugadores, dos equipos que durante décadas guardan el estilo futbolístico.
Por eso será una serie imperdible. Cada quién se juega su Clásico en una versión distinta, con misma idiosincrasia pero distintos colores, un derby inédito. Y no me salgan con que el City ya ha vencido a Barcelona, repito: éste es un juego INÉDITO.
Claro está una victoria 2-1 sobre los catalanes en la inauguración del Etihad Stadium, sin embargo, claro está también que fue un partido meramente amistoso, así como lleno de suplentes.
Por eso, quien tenga la oportunidad de sentarse cómodamente en su sillón, verá el primer Barcelona-City oficial en la historia... y estoy seguro que será el primero de muchos.
En cuanto al Barcelona, no hay cosas nuevas qué esperar. Veremos a la misma línea de 4 con un posicionamiento táctico casi perfecto (salvo cualquier imprevisto de Mascherano).
Unos orquestradores de trayectoria como lo son Xavi e Iniesta, quienes jugarán en un medio campo sin oportunidad de perder la pelota y con el deseo de seguir jugando para Messi.
Al frente Joe Hart tendrá que seguir peleando como cada semana, pues tendrá la difícil tarea de frenar a una posible tripleta de muerte: Neymar, Alexis y Messi.
Si me preguntan que habrá que esperar del Barcelona, es que será todo lo que no ha sido rival de los celestes hasta ahora.
Resultará engañoso y difícil de ver un City con poca posesión de la pelota, con pocas salidas al frente y con pocos tiros de esquina, pues de los más de 100 goles que la escuadra de Manchester lleva en la temporada, salvo el Bayern, ningún rival ha tenido la visión de juego que los blaugranas.
City ha ganado los últimos dos amistosos
Y me arriesgo al hablar del Bayern, pues el juego de ida fue difícil y apretado para los citizens. Claro, en la vuelta se dio una poderosa victoria, pero hay que recordar que en aquél entonces, City se enfrentaba a un Munich clasificado como primer lugar, que relajó un poco su juego por la comodidad de no desgastarse.
Y es que al final, Barcelona no será ningún Wigan, West Ham o Norwich City. Barcelona viene con toda la intención de levantar la copa, de consagrarse, de olvidar la última eliminatoria y de darle un final honorífico al ciclo de Puyol, Xavi, Iniesta y Valdés.
Será la última oportunidad de que la generación que dejó Pep Guardiola pueda brillar, ante el constante acercamiento de los años y la fuerza de empuje con la que viene la cantera culé.
Barca no regalará espacios, no querrá estar sin la pelota, y sobre todo, no viene con ganas de perder.
Teniendo en frente un animal de tanta magnitud, City deberá dejar atrás cualquier error y jugar un partido perfecto ante uno de los candidatos al título.
Y es que el factor clave está en que Manchester City tiene algo que el Barcelona no, y eso es el hambre. Siendo durante un siglo un equipo chico y de media tabla, por primera vez vemos a los celestes en ésta instancia, y no deberá ser algo que se deje pasar.
Es el momento de ir lejos y marcar a esta generación como la generación dorada de la historia. Olvidemos la escuadra de 1968-1972. El pasado es pasado. Hoy vemos al mejor Manchester desde las épocas de Neil Young.
¿Será este el partido más importante en su historia? Podría serlo, pero en lo que no hay duda es que hay mucho, mucho que esperar del Barcelona.
Por Pedro Jimenez
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