
“And on the 6th day god created Manchester” es una frase que suele adjudicarse un citadino “mancuniano”. Un poco en joda, un poco ostentando, pero realmente el ciudadano local se la cree. Si estas palabras no terminan de mostrar la confianza y lo alto que se auto-posiciona un manchesteriano, podríamos leer la línea de Ian Brown, famoso líder de la banda local The Stone Roses “Manchester lo tiene todo excepto una playa”. Pero para la persona que lo ve desde afuera, esto es inentendible… una ciudad vieja, sucia, repleta de fábricas, con un clima deplorable y demás, cómo carajo es vista por el local de esta manera. Y bueno, fútbol y música son las respuestas, las grandes pasiones del habitante de la ciudad. Pero como acá lo que verdaderamente nos incumbe es el deporte rey, dejaremos de lado a gente grosa como Oasis, The Smiths y Joy Division. La población de la ciudad siente con orgullo sus colores, hasta tal punto que no hace más que laburar, para así poder ir al pub y a la cancha a hablar de su equipo. Una de las teorías por las cuales el repertorio musical manchesteriano es de tanta calidad dice que se debe al encierro que provoca lo poco que hay para hacer en la ciudad y el clima grisáceo permanente, lo cual lleva al encierro constante. La misma teoría podría aplicarse fácilmente al fútbol. El ciudadano vive para su club.
Manchester como ciudad tiene un equipo. Bah, sacándome la remera tiene dos, pasa que uno está ubicado en las afueras de la ciudad, y el otro es parte integral del centro mismo. El City y el United, que dan vida al gran derby de la ciudad. El United es visto y reconocido por todo el mundo. El mismo hincha del City lo reconoce como un equipo campeón. Pero vive de esa manera. El hincha del City tiene otro tipo de tesoros, que la gente no interiorizada seguramente desconozca, como por ejemplo lo mencionado anteriormente, ser EL equipo de la ciudad. Hasta su nombre lo dice (Manchester City Football Club / Club de Fútbol Ciudad de Manchester). Pero esto no se basa solo en la localización geográfica del estadio sino también en la base de aficionados que el club skyblue posee, que a pesar de los logros y triunfos de su archirrival en las últimas décadas, se ha mantenido fiel, siempre abarrotando las gradas del desaparecido Maine Road y en la actualidad del Estadio Ciudad de Manchester. Esta afición, decana en amor incondicional, es mayoría en la ciudad. Y sabe de difíciles.

Así que en fin, teniendo en claro esta pequeña introducción, nos metemos de lleno a lo que nos cita en este caso, el derby de Manchester. Para el City de los años ’90 y sobre todo de los ’00, la temporada giraba en torno a estos 2 partidos que se daban por temporada. Se podía salir primero o último, pero como en general se rondaba por la mitad de tabla, eran realmente estos juegos los que determinaban si la temporada era un éxito o un fracaso. Uno cazaba el fixture, se fijaba cuando tocaba el clásico y listo, a esperar. Un clásico justamente muy esperado fue el del último retorno a la Premier, en 2002. Realmente se ansiaba volver a enfrentarse al rival de toda la vida, y encima en lo que finalmente sería el último clásico en Maine Road. Los ciudadanos se hicieron con la victoria por 3 a 1, con un brillante “puma” Anelka, demostrando como las ganas pueden más que cualquier estrella. Luego vino el que hasta el año pasado fue mi derby preferido, el que estaba orgulloso de haber podido ver, el 4-1 en el CoMS. Todavía recuerdo con exactitud esa escapada por la banda, el pequeño enganche y la clavada en el ángulo que propinó el fruto de las inferiores Shaun Wright-Phillips. Tuvieron que pasar los años hasta ver nuevamente derbys recordados. En el 2007 el City logra de local una victoria por 1 a 0 con gol del brasileño Geovanni, que permitió en ese entonces sentir el liderazgo de la liga, con 3 ganados en 3 jugados, y meses más tarde volver a vivir algo que ya ni se recordaba lo que era, el doblete. En un clásico sumamente especial, homenajeando el 50º aniversario de la tragedia de Munich, el City derrotó por 2 tantos contra 1 al United en su propia cancha. Parecía puesto a dedo por el de arriba, que luego de 34 años el club celeste volviera a cantar victoria en Old Trafford justo ese día. Realmente se les escupió el asado. Y aquí hacemos un flashback para recordar esa última victoria en el estadio de Trafford. Transcurría 1974. El gran ídolo del club red devil Denis Law había sido transferido escasas jornadas antes del derby al City para quemar sus últimos cartuchos. Él lo había ganado todo con el United, y al marcharse al equipo skyblue nunca se imaginó lo que finalmente ocurriría. El United increíblemente pasó a correr riesgo de perder la categoría, y llegó en esa situación a enfrentar a un City que en aquel momento (a pesar de que en esos tiempos estaba ganando cosas) para no perder la costumbre navegaba en la mitad de tabla. Y a Law se le presentó la oportunidad. Y la aprovechó. Marcó el 1-0 que selló el partido junto con la caída de los diablos rojos a la segunda división. Su gran ídolo de toda la vida se burló de ellos en su propia cara y con un contundente remate de taco los hizo descender. Más tarde explicaría que fue lo peor que le pasó en su vida profesional, y se retiró sin jugar un solo minuto más. Pero el daño ya estaba hecho, el City había mandado a segunda al United.
Ahora si volvemos a lo contemporáneo, ya que desde la década del 2010 al City lo están acariciando tiempos mejores. Primero lo cachetearon, hasta el hartazgo en los clásicos con goles en los últimos minutos, tanto en la Copa de la Liga cuando a los citizens se les volvía a presentar la oportunidad en caso de ganar de volver a Wembley tras más de 30 años, como en la liga con goles de chilena majestuosos o tras haber conseguido el empate en tiempo cumplido, como burlándose, anotando en el minuto 96. Así fueron varios, un puñado de derbys que realmente dolieron y mucho. Pero fiel al estilo ciudadano, que mantuvo esa llama interna, obtuvo las victorias cuando más se las necesitó, para disfrutarlas así muchísimo más. Primero ahora si en Wembley, para gritar por primera vez campeón en 35 años tras ganar 1-0 con gol de Yaya Touré la FA Cup y luego para masacrarlos con un fútbol precioso que propuso el equipo del italiano Roberto Mancini en la casa de su rival, ganándole por 6 a 1, en un inolvidable partido. En esta misma temporada (‘11-‘12), el club celeste obtuvo nuevamente el doblete, ya que a falta de 3 jornadas para el final, en una remontada épica, el City ganaba el clásico 1-0 y quedaba a tiro de un título de liga que finalmente conseguiría. Como marca la norma, cuando se necesita y para disfrutarlo más.
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