El mismo fue realizado en la víspera de Athletic - United.
"Manchester, sus gentes, prefieren al City", reconoce un periodista inglés del rotativo The Independent, que equipara el fenómeno que se da en el centro de Manchester con el que ocurre en Turín con la Juventus, el símbolo de Italia, y el Torino, el icono de la capital del Piamonte. "Allí sucede lo mismo que aquí. Los habitantes de la ciudad son del Torino, están afectivamente más unidos a ese club que a la Juventus, más reconocida en Italia e internacionalmente. Los turineses quieren más al Torino, lo sienten como su equipo. Lo mismo pasa con el United y el City". "El United, y más tras estos años de gloria, es un fenómeno global, mientras que el ámbito del City es local, más reducido, y se circunscribe casi exclusivamente a la ciudad a la que pertenece. Hay muchísimos aficionados al fútbol que son del United, aunque no sea el equipo de su ciudad, ni tan siquiera de su país. El City es de Manchester. Ese es su radio de acción y por eso el lazo de unión es más fuerte", enmarca Ian Herbert.

MEZCLA DE SENTIMIENTOS "Bueno, en Manchester hay una mezcla, incluso entre las familias, unos son del United y otros del City", explica Oliver, acodado frente a una pinta en la barra del hotel Sachas, que se reconoce simpatizante del United, aunque de baja graduación. Después carga con la artillería pesada del humor inglés, capaz de derruir una ciudad con la afilada, imaginativa y puntiaguda esgrima de la palabra. "Me gusta el United. ¿Que cuál es la diferencia entre ellos y nosotros? Que ellos son basura", dice con ironía antes de reír a carcajadas. Una de las camareras del local que le escucha sonríe, nada mejor que una sonrisa para el combate y replicarle que en Manchester lo que gusta es el City y aplicarle una descarga eléctrica infalible. "Además somos primeros". Picante al debate.
Aunque el del United y el City es un derbi de fútbol, el sentimental, el del amor de Manchester, la ciudad, lo gana con varias cabezas de ventaja la entidad azul. "En eso no hay color", declara un taxista, que junto a sus compañeros de gremio sostienen una bufanda del Athletic, que se ha convertido en amigo del City desde que conocen que rivalizará con su archienemigo, el United, que para ellos vienes a ser el Moriarty de Holmes. "Esperemos que les ganen", se escucha a los taxistas con parada en el Gran Cathedral de Manchester, donde un cartel tachonado en una estructura de la torre principal da la bienvienvenida a la ciudad. Uno de los taxis que descansa en la parada está pintado enteramente con los colores del City, toda una declaración de intenciones. El club se publicita en la corrocería del taxi de Sam, orgulloso de sentirse parte de la entidad. "No queremos ver al United ni en pintura", observa el conductor en un ambiente distendido entre el resto de taxitas, que también se declaran seguidores del Manchester City, contrarios al United.
"La gente se reúne para ver en pantalla grande los partidos del City en los pubs del centro de la ciudad", advierte Rachel. The Waldorf es uno de los puntos de reunión de los citizens, que salpican de azul celeste la ciudad antes de los partidos. Los que no acuden al estadio del City se congregan ante las pantallas de plasma de las tabernas para presenciar el partido con la compañía de una pinta de cerveza. En el Shakespeare, un pub con una fachada clásica, blanca, con vigas de madera a la vista, típicamente inglesa y con su inequívoca e imprescindible moqueta en el interior, también dejan claro que Manchester pertenece al City. El reloj situado detrás de la barra posee la imagen del escudo del club, en el que sobresale una águila dorada y una inscripción en latín que dice: Superbia in Proelia (Con El Orgullo en las Batallas).
EL RESURGIMIENTO La del cariño siempre sonrió al City, mientras que la de la gloria camino de la mano del United. "No penséis que somos del Manchester City porque ahora es líder de la Premier, al City lo hemos preferido desde siempre en la ciudad. Hay sentimiento, la unión viene de lejos, no de ahora porque nos vaya bien", analiza Rachel que conoce al detalle cuál es el origen humilde del club, que descendió hasta la tercera categoría del fútbol inglés en la década de los 90. "El City, nuestro equipo, ha estado muy abajo, hemos tenido años muy malos, con descensos incluidos, pero la gente se ha mantenido al lado del equipo porque la unión no viene de ahora, de los grandes momentos (los mejores los vivió entre finales de los 60 y principios de los 70), viene desde siempre". El Manchester City, al que reanimó una mastodóntica inversión de capital árabe, se ha convertido en más que un incómodo vecino para el todopoderoso United, un club de ámbito planetario y el representante de Inglaterra con permiso del Liverpool, con el que mantiene una enconada rivalidad desde tiempos inmemoriables, cuando la actividad portuaria de Liverpool pugnaba con la industria textil de Manchester.
El aterrizaje en el modesto e irregular City en septiembre de 2008 del Abu Dhabi United Group for Development and Investment, un grupo inversor de los Emiratos Árabes con Sulaiman Al Fahim como cabeza visible de la operación del grupo, que adquirió el control del club por un montante cercano a los 250 millones de euros, impulsó con la pértiga de los petrodólares a la entidad, que discurría en el anonimato de la Premier. El enorme flujo de dinero, su descomunal inyección monetaria, ha logrado que el Manchester City se haya lanzado a tumba abierta hacia el mercado futbolístico, cuyos productos responden mejor que ninguno ante el señuelo del dinero, un argumento imbatible.
Texto original: http://www.deia.com/2012/03/04/athletic/manchester-es-del-city
Titulo original: Manchester es del City.
Bello
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