Silva anota, y España golea.

David Silva anoto un gol en la goleada de España ante Irlanda, que deja muy bien posicionado al equipo de del Bosque, con cuatro puntos, tras las primeras dos jornadas del grupo C.

Muchos venían advirtiendo de que la condición de 'favorita' de la que goza España desde el inicio en la presente Eurocopa podía acabar convirtiéndose en un arma de doble filo. El respeto, y quizás cierto grado de temor, ante 'la roja' están asegurados, como también lo está para el propio combinado español la presión añadida, la máxima exigencia y el nulo margen de error. De ahí que un empate con toda una tetracampeona del mundo como Italia en el choque inaugural se recibiera como un pinchazo, un freno a las aspiraciones de un equipo que en los últimos años no ha tenido prácticamente rival. 

De España se esperan logros y además bien conseguidos. Por esa razón y tras las vacilaciones del primer encuentro, se hacía necesario un puñetazo sobre la mesa para recordar que esto no ha hecho más que empezar, que las posibilidades están intactas y que el crédito logrado por España debía dar para más. Cierto es que Irlanda, tal y como se esperaba, opuso escasa resistencia pero cierto es también que el camino hacia la gloria pasa por la victoria siempre.

En esta ocasión Vicente Del Bosque optaba por dar entrada a Fernando Torres  en el lugar de Cesc, como única modificación en el 'once' inicial, buscando, probablemente, una mayor claridad en la referencia ofensiva, cuya contundencia de cara al último toque le faltó a la selección en el anterior partido ante Italia. Así, la alineación incial quedaba conformada por Iker Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Alba; Busquets, Xabi, Xavi, Iniesta, Silva y el propio Fernando Torres. En frente, Given; O'Shea, St. Ledger, Dunne, Ward; Duff, Whelan, Andrews, McGeady; Keane y Cox.

Con '9' sí hay gol

No hizo falta que discurriera prácticamente tiempo para que Irlanda dejase claro que iba a plantear un partido, cuanto menos, de gran intensidad en la presión, tratando de ahogar la fluidez del juego español y esperando una buena ocasión para dar un latigazo sobre su rival. Tampoco hizo falta demasiado para que 'la roja' se erigiera en dominadora del juego, asentando con calma y serenidad la transición del esférico y trenzando su habitual fútbol de toque. En este intercambio de intenciones fue España la que dio un paso adelante con un gol que no se hizo esperar; bastaron 4 minutos para que el gran recambio en el partido de hoy, Fernando Torres, inaugurase el marcador para los españoles al culminar una buena acción personal. 1-0.

El impulso del tanto fue definitivo para que España se postulase como dueña y señora del partido.  David Silva, que había sido uno de los más activos en el partido ante Italia, gozaría de una nueva ocasión para incrementar las distancias entre 'la roja' e Irlanda pero su disparo, a pase de Iniesta, acabaría en las manos de Given. Y no habría 2 ocasiones sin 3. De nuevo Fernando Torres llegaría, tratando de tomarle el relevo a Silva con una nueva intentona, que se marchó desviada. El combinado español empezaba a convertirse en el torbellino imparable que le ha llevado a tocar la gloria e Irlanda trataría de hacer lo posible por contenerlo antes de que las distancias empezasen a ser insalvables. Andrews, en primer término y Dunne más tarde,  de cabeza, serían los protagonistas en los tímidos intentos con los que la selección irlandesa trataría de recortar distancias en el marcador, ambos con nula fortuna. 

España cerca a Irlanda

A medida que transcurrían los minutos se confirmaba la evolución en el juego de España respecto de su partido inaugural y lo que faltó entonces se prodigaba en esta ocasión: el remate a puerta. No dejaban los hombres de Vicente del Bosque de merodear el área de Given y de intentar, con insistencia, anotar pronto el segundo. Tal era la seguridad en el ataque, que incluso Piqué se sumaba a él en el minuto 15 con un disparo que acabaría topando con el meta de los" boys in green". El ritmo decrecía ligeramente aunque España no cedía un ápice en su dominio, asentado desde pronto en la posesión de balón, mientras Irlanda trataba de resistir. 

Cumplidos prácticamente 25 minutos de la primera mitad, Silva protagonizaba ya la enésima llegada de España, rematando de cabeza un balón que acabó en córner. La puesta en juego del saque de esquina, derivaría en un trallazo lejano de Xabi Alonso, que se sumaba al 'bombardeo' español.  Antes lo había intentado Iniesta, sin mayores consecuencias para Irlanda y después sería el turno de Piqué, que de nuevo de cabeza, acabaría rematando fuera. Irlanda trataba de acentuar su presión pero lo hacía en su campo, donde España la había acorralado hacía ya rato. La movilidad en el juego ofensivo de 'la roja' le servía para contrarrestar el exceso de hombres en labores defensivas de su rival, y para intentar dar con el hueco que abriera el camino para el segundo gol, el de la tranquilidad.

Despliegue de FÚTBOL ante la muralla irlandesa

En la recta final del primer tiempo, Irlanda se había encerrado por completo, encomendándose a las modificiciones que pudieran darse en el descanso y tratando de que el panorama fuese subsanable en la reanudación. España cercaba el gol con calidad e insistencia pero con menos fortuna. Apenas restaban 10 minutos para el descanso cuando otra vez Fernando Torres, que se había empecinado en llevar la contraria a Del Bosque respecto al debate del '9', se plantaba en el área de Given para rematar un balón que el meta irlandés acabaría blocando. El trabajo del combinado español se mostraba también encomiable en labores defensivas y de presión, en las que los jugadores daban al balón un trato inteligente y exquisito.

Xavi fue el siguiente en intentarlo. Su remate con la derecha, sin embargo, acabaría sucumbiendo en las manos de Given, que no exento de alguna dificultad logró hacerse con el esférico. España convirtió el final de la primera parte en un recital en todas las facetas de juego: ataque, contraataque, defensa, transición. Únicamente faltó el gol que debería aguardar hasta los siguientes 45 minutos después de que el trallazo de Iniesta, que una providencial mano de Given acabaría enviando a córner, pusiese el punto y final momentáneo.

Silva concede la tranquilidad

El reinicio fue una prolongación de la primera parte, en la que España continuó dominando en busca de la sentencia e Irlanda  se encerró a verlas venir y confiar su fortuna a un contragolpe. El gol seguía planeando sobre el fútbol de los hombres de Vicente Del Bosque y bien pudo haberse materializado mediante el remate de Arbeloa, que había subido hasta el área irlandesa pero que acabaría enviando el balón a las manos de Given. Y si en la primera parte España había necesitdo 4 minutos para abrir la lata, en la segunda necesitó sólo 3. Había rematado inicialmente Alonso un balón que salió rechazado hasta los pies de Xavi, para que este se la mandase a Iniesta, que tampoco acertó a batir a Given. Sí lo lograría Silva, el último en rematar para conceder a España la tranquilidad que tanto había perseguido en la primera parte.

La calma en esta ocasión no fue sinónimo de relajación y 'la roja' continuó con todo en busca del tercer tanto. Se erigieron en protagonistas de los siguientes intentos, Iniesta en primero lugar y Xavi en segundo término. El manchego trataría de aprovechar un rechace en el área irlandesa, que llegaría hasta los pies de su compañero en el Barcelona para que el de Terrassa volviese a poner a prueba a un Given que estaba empezando a alzarse como el gran héroe de su selección.  Irlanda sembraba la inquietud en la meta de Casillas sólo a través de acciones puntuales derivadas de contragolpes, que la defensa supo solventar sin mayores dificultades, convirtiendo a la figura de Casillas en un mero testigo del abrumador dominio español.  

Torres marca el tercero

El acoso de España continuaba inalterable. Las llegadas de 'la roja' se multiplicaban y también sus ocasiones. Fernando Torres trataría de nuevo de establecer el tercero para su equipo, el segundo en su cuenta particular, resolviendo un barullo en el área irlandesa, mediante un soberbio taconazo que no encontró meta; tampoco la encontró el posterior disparo de Busquets, que acabaría perdiéndose más allá de la línea de fondo.   En respuesta a la abrumadora contundencia española, aparecería McGeady, que se convertía así en el protagonista del primer intento de su selección en los segundos 45 minutos. Este llegaría en el minuto 64 mediante un remate a pase de Robbie Keane, que acabaría rechazado por la atenta defensa española. 

Pero ni siquiera los esporádicos intentos de Irlanda serían suficientes para variar un ápice el devenir del choque. Fernando Torres cazaría en la próxima jugada un soberbio pase de Silva para plantarse ante Given, que esta vez no pudo hacer nada para evitar el gol. Minuto 70 y el marcador del Gdansk empezaba a hacer justicia a lo que uno y otro habían exhibido sobre el terreno de juego. McGeady había abierto el camino para los suyos y aunque este se recorría con escasa frecuencia, Robbie Keane lograría hacerlo con un remate, que no supondría mayores conecuencias para España.

Fàbregas cierra el marcador

La ocasión de Cazorla, que había saltado al terreno de juego en sustitución de Iniesta, sería el prolegómeno al gol de la sentencia, al de la rabia. Lo ejecutaría el 'falso 9', Cesc, que también había salido en lugar de Fernando Torres y que reinvindicaba su rol en el equipo con un soberbio trallazo escorado a la derecha de la meta de Given. Sería el tanto que cerraría el marcador, el de la rendición definitiva de Irlanda, que veía eterno el ya corto trecho hasta el silbido final. 

El desenlace mostró el mismo dibujo que había venido desarrollándose a lo largo de todo el encuentro pero a  menor número de revoluciones. Con los deberes ya hechos para España y las tareas en difícil tesitura para Irlanda, sólo el toque y la transición de 'la roja' conducirían el choque hasta su punto y final. Grupo abierto y por decidir, que deja momentáneamente a España en la cima de la clasificación, empatada a puntos con Croacia pero con un mejor 'average'.

Acá, el gol del Mago. 

Por Igancio Lynch.