El partido comenzaría con tintes igualitarios, con ocasiones en ambos bandos. Tanto en uno como en otro equipo ciertos jugadores tenían cuentas pendientes con el gol y esas individualidades ocasionaban el resurgimiento de alicientes de un partido que se presentaba épico. Van der Vaart dio un extra de emoción cuando, con un golpeo sensacional y desde fuera del área batió a Rui Patricio. El sueño neerlandés salía a la palestra a la par que la incertidumbre se apoderaba de los aficionados lusos, ergo el partido mostraba un carácter emocionante.
Pero a pesar del gol y del desconcierto, Portugal no se amilanaría, consciente de que con ese resultado estaba eliminada. Cristiano Ronaldo, lejos de esconderse y provocar que las críticas le carcoman por dentro, asumió su rol sin medias tintas. Ese rol lo personificaría en una jugada veloz y característica suya en la que, encarando a un lento y pesado Vlaar, se topó con el palo
Y el cara a cara, el box to box en las dos áreas provocaría que Portugal, que a través de Postiga y Cristiano Ronaldo ya había perdonado, colocarían el empate en el marcador a los 27 minutos. La jugada se inició con un fallo de Willems en el lateral izquierdo. Sus 18 años y su extrema juventud han hecho mella en su confianza y su poca veteranía, claves en el devenir de la jugada del gol. Tras un error, Joao Pereira hizo un gran movimiento fuera dentro culminado con un excelente pase interior a Cristiano Ronaldo que, conocedor de las críticas recibidas, batió a un Stekelenburg incapaz de evitar lo inevitable. El empate ya era una realidad, pero Dinamarca, como ha acostumbrado durante todo el campeonato, empataba a Alemania después del gol inicial de Podolski para eliminar momentáneamente tanto a Portugal como Países Bajos.
Con este panorama Holanda asomaba por un precipicio donde la caída iba a ser enorme. Con una defensa que hacía aguas y con Vlaar – Mathijsen facilitando el suicidio, Portugal se encontraba cada vez más cómodo en el césped. Ni la alineación de Van der Vaart por parte de Van Marwijk ayudaba para controlar un partido que sonaba a despedida para al menos uno de los dos conjuntos. Con una Portugal superior y una Holanda alocada y desbocada en todos los sentidos se llegaba al descanso con un empate que no valía de momento a ninguno.
En el comienzo del segundo tiempo no se observaría ninguna variación tanto de esquemas como de mentalidad en Holanda, que lejos de mejorar respecto a otros partidos, se acercaba a la catástrofe con el mismo estilo que le había caracterizado en los dos encuentros anteriores.
Bert Van Marwijk quiso intentar provocar superioridad en tres cuartos de campo quitando a Willems, caótico en los tres partidos, para introducir a Afellay y poder abrir el campo, pero como tantas otras veces en esta Eurocopa, no funcionó. Portugal, escribiendo el mismo guion que en los instantes finales de la primera mitad, se encontraba cómodo al contraataque desangrando a una selección que, tras este fracaso, debe replantearse el cambio de unos valores que no casan con la camiseta ‘oranje’.
Dicen que las críticas, sino te hunden te hacen más fuerte. Cristiano Ronaldo estaba personificando esa misma sensación. Tras un excelente pase de Nani, el delantero del Real Madrid, capaz de un virtuosismo extraterrestre, recortó ante Van der Wiel con una calma pasmosa para, otra vez, vencer a Stekelenburg y conseguir el segundo gol para Portugal y sellar el pase a cuartos de final.
Así, la selección Holandesa se vuelve a casa con su fracaso a cuestas, tras empezar este torneo como una de las candidatas.
Por Igancio Lynch (extraído de vavel.com).
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